TOMA 1
LEO: Me llamo Leo Calderón, tengo 26 años y soy de Palamós (Girona). Hace 8 años me mudé a Barcelona para estudiar Comunicación Audiovisual en la UAB. En esos momentos sabía que quería dedicar mi vida a contar historias pero aún no me atrevía a admitir que quería ser actor. Me suponía una gran vergüenza, como si el querer estar delante de la cámara en vez de detrás fuera un tema de ego. Como si estuviera diciendo “¡Miradme, miradme!”. Irónicamente, para mi actuar era una forma de desaparecer, de no ser yo. O de ser una versión de mí que aún no conocía, de indagar emociona-
DIRECTOR: ¡Corten! ¡Estás empezando a divagar!
TOMA 2
LEO: Nunca entendí del todo a los otros niños. Y a veces ellos no me entendían a mí. Sentía que estábamos representando una obra de la que todos tenían el guion excepto yo, que trataba en va-
DIRECTOR: ¡Corten! Esto no viene a cuento.
TOMA 3
LEO: Desde que tengo memoria me he dedicado a contar historias. Cuentos que escenificaba para mi hermana pequeña, relatos que garabateaba en cualquier libreta, monólogos cuyo único testigo era mi reflejo. Era mi manera de entender el mundo, de expresarme. Sabía lo que quería hacer con mi vida pero crecí y lo olvidé.
Llené ese vacío con ficción: devoré libros de fantasía, sitcoms y series de ciencia-ficción, recreé escenas de películas en mi habitación… Era mi forma de aislarme de un mundo que no entendía. Un mundo lleno de miedo, odio, incertidumbre, intolerancia, injusticia. No podía hacer nada para cambiarlo así que decidí huir. Hasta que crecí y recordé.
Sé que decir que quiero cambiar el mundo es pecar de iluso. Es imposible que con una obra de teatro erradique todos los males de la sociedad, por mucho que lo intente. Pero con que una sola persona se plantee algo en lo que no había pensado antes ya me vale. A veces los grandes cambios empiezan con una sola persona.
Me llamo Leo Calderón y sé lo que voy a hacer con mi vida: voy a contar historias, a conectar con la gente y a cambiar el mundo. Y si no lo consigo no será por no haberlo intentado.
DIRECTOR: ¡Corten! ¡Es buena!
Leo Calderón.